Módulo 6 – Tareas
gramaticales: reflexión y prácticas en un enfoque comunicativo experiencial
A pesar de que, para mantener el enfoque en la
comunicación, parece imprescindible que el alumno aprenda la gramática
indirectamente a través de la exposición a la segunda lengua, numerosos
trabajos de investigación confirman la superioridad en el rendimiento de los
aprendices que reciben instrucción gramatical de manera directa.
Es indudable que para aprender algo en una lengua, es
necesario haberlo apercibido, y en este proceso un papel muy importante lo
tiene la atención, que ayuda al aprendiz a fijar ese elemento nuevo en la
representación mental que él tiene de la lengua. Además es muy difícil
apercibir cierto elementos lingüísticos por ser poco conocidos, y, como estos
elementos no comprometen la comprensión y la comunicación, corren el riesgo de
pasar desapercibidos por el aprendiz.
Entonces es recomendable un tratamiento más explícito
de la gramática. Una manera sería practicar las estructuras como elemento
esencial para completar una tarea o actividad comunicativa. Este tipo de
práctica, conocida como task-essential
practice ayuda a despertar el nivel de apercepción, siempre y cuando el
aprendiz esté motivado a completar la actividad. Aprendiendo de manera
inductiva, el aprendiz infiere las reglas gramaticales y al mismo tiempo se
mantiene el enfoque en la comunicación sin la necesidad para el profesor de
proveer esas reglas de manera explícita.
Sin embargo, cuando las estructuras gramaticales son
más complejas, la provisión de las reglas gramaticales resulta más beneficiosa
que la task-essential practice.
Es importante destacar que la gramática que enseñamos
debe ser funcional, es decir, que nuestra primera motivación debe ser conocer qué
aspectos frecuentes y necesarios de la lengua no aprenderían si no se los
enseñamos. Además deberíamos priorizar aquellas estructuras que los alumnos no
sean capaces de aprender sin nuestra ayuda, o sea estructuras regidas por
reglas categóricas y claras. Por eso la primera cosa de tener en cuenta es
recordar siempre de aplicar nuestro sentido común.
Hay que tener en cuenta por una parte que el alumno no
va a comprender, recordar y aplicar una regla simplemente porque el profesor se
la explicó. Solo la práctica extensiva y variada puede ayudar a adquirir la
habilidad de comunicar en una segunda lengua.
Por otra parte, no se puede practicar lo que todavía
no se ha aprendido, por tanto, antes de comenzar a corregir errores tenemos que
asegurarnos que el alumno tiene un conocimiento de cómo funciona el elemento
lingüístico sobre el que hemos hecho la corrección.
En la corrección de errores debemos dar prioridad a
los elementos de gramática más funcionales y frecuentes, asimismo tenemos que
corregir los errores más perjudiciales para la comunicación, que tengan mayor
probabilidad de repetirse, y cuya corrección comprometa en la menor medida posible la interacción y la
comprensión por parte del alumno.
La relación entre alumno y profesor se puede comparar
con la del atleta y su entrenador. Por eso el profesor debe tener en
consideración sus características, en particular su aptitud lingüística, así,
los alumnos más fuertes necesitarán menos explicación previa, al contrario de
los más débiles, mientras en el momento de la corrección de errores, la
explicación explícita solo será útil para los alumnos más capaces.
A propósito de encender y mantener la motivación en
nuestros alumnos, en el módulo 3, la profesora M.C. Fonseca Mora indicaba como uno de los puntos clave de tener en consideración propio la aptitud
lingüística, o sea las habilidades requeridas para comunicar en un idioma, la
habilidad auditiva, la habilidad lingüística y la memoria verbal, en particular
afirmaba que el profesor puede mejorar en su alumnado la memoria verbal y la
habilidad auditiva a través de actividades diseñadas para ese objetivo.
Por último, me parece muy importante, a la hora de
introducir una nueva regla gramatical, tener en cuenta sobre todo dos factores:
el primero es partir de la comparación entre la lengua materna y la segunda
lengua, que en este caso es el español. Partiendo de las similitudes y las
diferencias entre una y otra, el aprendiz se forma una estructura lingüística
que lo ayuda a reforzar esa regla que está aprendiendo. Claro está que si tiene
lagunas o dudas en la lengua materna, tendrá más problemas, pero puede ser esta
también una manera para tomar mayor conciencia de las estructuras gramaticales
de su propia lengua. Se puede comparar la lengua extranjera, en este caso el
español, además que con la lengua materna, también con otras lenguas extranjeras
que los estudiantes estén aprendiendo o que ya conocen. La comparación o el
contraste con otras lenguas extranjeras, además de incentivar la reflexión,
incrementa la motivación de los estudiantes, da un sentido a su aprendizaje al ver
las conexiones o las diferencias que hay entre las lenguas.
El otro elemento que me parece imprescindible es la
manera de explicar la regla. A mi parecer un buen docente tiene que dar una
explicación clara, añadiendo esquemas, ejemplos, ejercicios, hasta que la regla
no quede bien asimilada por el aprendiz. Es importante también una gradualidad
en la explicación, agregar más información poco a poco, para no confundir con
demasiados imputs. El objetivo es ayudar a los alumnos a reflexionar sobre los
mecanismos de la lengua, hasta que el proceso se convierta en algo automático. Todo
esto nos lleva al hecho de que para enseñar la gramática se necesita tiempo y
adaptarse a los ritmos de aprendizaje de los alumnos.
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