Antes de empezar…
…pensaba que era una profesora “moderna” solo porque
sé utilizar el ordenador, internet y las redes sociales (y en realidad muchos
de mis compañeros piensan así y me piden ayuda cuando se les bloquea internet o
no saben en qué icono clicar para abrir una tal página del libro de escolaridad
electrónico) y eso solo porque estoy en Facebook, incluso había creado un grupo
para mis estudiantes de español de mi instituto, este año había empezado a usar
Whatsapp y creado grupos, uno para cada clase que tengo. En cambio el primer
desafío al empezar este curso fue abrir una cuenta en Twitter y convertirme en
profesor tuitero. ¡Y eso era solo el principio!
Llevo
solo 5 años como profesora de español en un instituto secundario de Italia,
antes era una maestra de primaria. Ha sido en esos años de enseñanza en la
primaria que me he apasionado a este trabajo, sobre todo a la relación con los
alumnos, a la didáctica, al proceso de enseñanza-aprendizaje, a los métodos y
las estrategias. En suma a todo lo que me podía servir para ayudar a mis
alumnos a aprender con éxito.
Cuando pasé a ser profesora, me pareció en un
primer momento que todo lo que había aprendido y actuado con los niños no se
pudiese aplicar a la enseñanza a chicos mayores. Estuve desanimada, pero muy
pronto empecé a ponerme al día, así que empecé a comprar libros para profesores
de ELE y a disfrutar de la mar de sitios y de blogs didácticos existentes en la
red. Pero, como leí una vez, buscar información en internet es como querer
contener una cascada de agua en un dedal, el resultado era que a menudo me
sentía despistada por la cantidad descomunal de actividades o sugerencias de
actividades por llevar al aula.
Hasta
que un día de noviembre me enteré del PDP y me pareció una oportunidad
maravillosa para sacar provecho de la experiencia de expertos en el campo de la
didáctica, y aún más la posibilidad de compartir experiencias e ideas con
compañeros de todo el mundo.
Por
una parte lo que me ha enseñado el PDP es que sí tengo muchas herramientas a
disposición ¡hasta demasiadas al punto de correr el riesgo de ser sumergida por
esas!, pero que el piloto soy yo, o sea que es importante el momento de la
planificación de las clases y que no puedo delegar a otras personas, por
expertas que sean, mi trabajo, ni puedo delegar al libro de texto, ni al
curriculum, lo que tengo que hacer, porque soy yo que materialmente entro en el
aula e interacciono con mis alumnos. Esta toma de conciencia de mi trabajo ha
sido fundamental para mí.
Tomo prestadas las palabras de Dörnyei y
Murphey (2003) que dicen que a veces olvidamos lo importante por atender a lo
urgente. Realizar un programa de contenidos puede llegar a ser urgente, pero
crear las condiciones para que el aprendizaje sea duradero, intenso y eficaz es
importante.
Por otra parte he comprendido
que tengo que involucrarme más para que se involucren mis alumnos, y esto puede
significar hablar de mí, dejarme ir, jugar con ellos, divertirme yo también,
transmitir mi pasión por el español a través de lo que soy como persona.
Todo
lo que he aprendido a lo largo de estos meses me ha enriquecido como profesora
y como persona, y por eso me sale solo una palabra del corazón:
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